LA CRUZ DE TU
TRAICIÓN: (tarea 4)
Preparo mis enseres
ya que al recibir la llamada telefónica tan urgente me apresuro a salir
para llegar a Huelva, a la
hora prevista. ¡Sí! Estoy algo acelerada, es que hace tanto tiempo que no estamos
juntos… que no se cómo me comportare al verte, ¡¡seguro que así!!
Jon; quiero que sepas que a pesar de tu marcha inesperada
sin previo aviso no puedo evitar al
oírte de nuevo, que mi corazón se acelere. Sin pensarlo más me
decidí a viajar y te diré que no estoy molesta contigo, yo te echo mucho de
menos, es por ello que decido emprender
este largo viaje.
La vida es así, si juntos forjamos nuestra historia de
amor: los destinos nos dictan los caminos a seguir. Es entonces cuando
encontraremos la felicidad intentándolo
de nuevo. ¡¡Si es esto lo que piensas pedirme!!
Espero que no estés olvidado de mí y al verme no tengas duda: será en la playa que ya conocemos bien
desde nuestros recuerdos. Punta Umbría, en la parte derecha por favor; allí
donde pueda aparcar con facilidad y cuidar
mi coche.
Me veras vestida de blanco. El vestido, estilo Ibicenco; como recordaras es mi peculiar y
favorita manera de vestir en verano. El cinto complementario será en, trenzado,
colores rosa palo y rojo carmín. Sostendré mi pelo con una pañueleta en tres
tonos, blanco, rosa y rojo, en cuatro dobleces. ¡Como sabes bien en la zona
siempre zurra el viento!
Recuerdo vanamente, cuando en aquella ocasión… seria a
poco de nuestro primer encuentro” la cuestión es que después de bañarnos,
aprovechando la luz de un precioso atardecer, en tonos boreales, verdosos,
cobrizos y violetas. Fue una tarde plana, tranquila, sin ventisca. -
Jugueteamos dentro del agua. Tú no me dejabas de la mano en ningún momento y,
me abrazabas con ternura.
MMMMM… como lo recuerdo… y se nos hizo
tarde.
Después nos fuimos a cenar Pescado y marisco,
tras la cena ligera y nada romántica, sin música, la parte más divertida
la pusimos nosotros, ya que todo el rato
reímos y charlamos sin parar, todo un
derroche de sensaciones y sentires.
-Después volvimos a pasear por el mismo sitio.
El fulgor de la luna, enamorada penetra al trémulo albor
de la noche. Los cuerpos remostados en la blanca y brillante arena, recibiendo
a los astros que se difunden en las agua y adormecen el ama.
Entre susurros
placenteros, dormimos sin notar la brisa fresca. El sonido
arrullador de las gaviotas nos despertó del sueño mañanero. Al abrir los
ojos en medio de la alborada, encontrándome a tu lado mire al infinito y creí ver el mundo a mis pies. Por unos
momentos; creí que soñando estaba.
¡¡Me dijiste!! Espérame un momento que vuelvo con el
desayuno y quiero sorprenderte. …Y, yo
te sonreí me puse en pie,
despacito fui adentrándome en el agua, sobre las olas débiles y silenciosas;
por una marea tranquila. Para acentuar la sorpresa, tarde en mirar para ver tu
lejanía. -En un momento ya no pude esperar y pensando en tu vuelta con la
bandeja repleta del desayuno para los dos. Sentí como la arena y un torbellino
de aguas ardiendo me absorbía mientras te vi alejarte abrazado a otra… sin mirar atrás.
Mis ojos inundados
bajo el agua, apagaron mi luz dormida, como mi corazón ceso para dormir la vida.
No quiero morir de amor.
Me niego a teñir de
rojo mi alegría.
Si me pinchas una
vena…no sangrare.
Si ves que se abre el clavel
de mis labios Córtalo, y deshazte de él.
En el penal de mi vida sumida en llanto esperare
el consuelo de un nuevo día, que con sus noches
consumiré.
Si en mi agonía no puedo verte, todas las rosas deshojare.
A la alborada del nuevo día yo nuevas rosas encontrare.
Como amatista y perlas cultivadas, seré por otro amada.
Mi sangre volverá; sí! volverá a sus ríos.
Galopando con latido fuerte, sintiendo otro latido
deambulando por un
solo cuerpo
y un amor por otro
amor querido.
Hortensia Alcala
Garcia